jueves, 28 de abril de 2011

La araña gigante, un imán para 30.000 personas en La Boca

Muchos turistas y vecinos van a la Vuelta de Rocha a ver la escultura de 9 metros de alto.

La enorme iamgen de la escultura de Borgeois
frente a la fundación PROA
Desde la explanada exterior de la Fundación Proa, la enorme araña proyecta una imagen tan protectora como amenazante, como si acechara al Riachuelo. No es casual que represente a una madre. Maman, la escultura de la artista franco estadounidense Louise Bourgeois, ofrece un mensaje tan universal que por donde pasa se convierte en una atracción. Y cada vez más gente va a La Boca sólo para conocerla. Desde la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, el 19 de marzo, por Proa ya pasaron 30.000 visitantes .
“Era previsible que en una ciudad como Buenos Aires, con tanta gente dedicada al psicoanálisis, la araña iba a tener el suceso que alcanzó. Porque Maman es un ícono del psicoanálisis y el arte. Vienen a verla muchas personas que no necesariamente entran a Proa. Se sacan fotos con la escultura y las suben al facebook de la Fundación”, cuenta Adriana Rosenberg, directora de Proa.
“Ha sido una sorpresa llegar a La Boca y encontrarse con Louise Bourgeois”, confesó Mario Vargas Llosa cuando, el domingo, fue a almorzar a Proa con Mauricio Macri y se topó con la gran araña. A fin de marzo, la muestra también atrajo a The Edge, que al igual que Bono es fanático de Bourgeois. El guitarrista de U2 llegó con su esposa y su hijo, se sacó fotos con la araña y recorrió Caminito.
Bourgeois creó Maman a los 88 años, en 1999. La obra está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, y es la más grande de una serie de esculturas de arañas. Pesa 22.000 kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho. Ya fue exhibida en Bilbao, Londres y Nueva York. En Buenos Aires estará hasta el 19 de junio y, después, la expondrán en Río de Janeiro.
La propia Bourgeois, que murió hace un año, la describió así: “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

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