Muchos turistas y vecinos van a la Vuelta de Rocha a ver la escultura de   9 metros de alto.
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| La enorme iamgen de la escultura de Borgeois frente a la fundación PROA | 
Desde la explanada exterior de la Fundación Proa, la enorme  araña proyecta una imagen tan protectora como amenazante, como si  acechara al Riachuelo. No es casual que represente a una madre. Maman,  la escultura de la artista franco estadounidense Louise Bourgeois,  ofrece un mensaje tan universal  que por donde pasa se convierte  en una atracción. Y cada vez más gente va a La Boca sólo para conocerla.  Desde la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo  reprimido”, el 19 de marzo, por Proa ya pasaron 30.000 visitantes .
“Era  previsible que en una ciudad como Buenos Aires, con tanta gente  dedicada al psicoanálisis, la araña iba a tener el suceso que alcanzó.  Porque Maman es un ícono del psicoanálisis y el arte. Vienen a verla  muchas personas que no necesariamente entran a Proa. Se sacan fotos con  la escultura y las suben al facebook de la Fundación”, cuenta Adriana  Rosenberg, directora de Proa.
“Ha sido una sorpresa llegar a La  Boca y encontrarse con Louise Bourgeois”, confesó Mario Vargas Llosa  cuando, el domingo, fue a almorzar a Proa con Mauricio Macri y se topó  con la gran araña. A fin de marzo, la muestra también atrajo a The Edge,  que al igual que Bono es fanático de Bourgeois. El guitarrista de U2  llegó con su esposa y su hijo, se sacó fotos con la araña y recorrió  Caminito.
Bourgeois creó Maman a los 88 años, en 1999. La obra  está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, y es la más grande de  una serie de esculturas de arañas. Pesa 22.000 kilos y mide 9 metros de  alto y 10 de ancho. Ya fue exhibida en Bilbao, Londres y Nueva York. En  Buenos Aires estará hasta el 19 de junio y, después, la expondrán en Río  de Janeiro.
La propia Bourgeois, que murió hace un año, la  describió así: “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga.  Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio  de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como  las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias  amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos  propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas  son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.
Fuente: Diario Clarin 
 
 
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